miércoles, 17 de febrero de 2010

                   VI UNA ESTRELLA FUGAZ.


Vi una estrella fugaz, le pedí llegar a tu corazón. Su brillo me

recordó tu esencia. Su paso luminoso también trajo a mi memoria que

vinimos para ayudar a iluminar. Te extraño. Necesito abrazarte a

través de las palabras, es mi forma de hacerte sentir acompañado/a. Tu

intuición está en lo correcto, éste no es un año más. El llamado

a despertar será aún más fuerte. Millones de almas peregrinas

buscarán la luz. Comienza el gran cambio. ¿Estás listo?



A veces sentimos que nos movemos en círculos. Parecería que

solamente cambió el número del año. Salimos a la calle y todo

permanece igual. ¿Dónde está la magia, dónde está el amor, dónde

está la armonía? Sigue firme, con fe. La constancia es parte del

aprendizaje en la tarea de servicio. Tus ojos muy pronto verán lo que

tu espíritu te susurra. Transitamos una espiral ascendente y

cristalina que nos instruye y humaniza.



Este año comprenderás el valor de tantas pruebas superadas.

Impulsarás a que otros reconozcan su propia divinidad interna,

desplieguen sus alas y vuelen con el corazón abierto. Todo lo vivido

tuvo su razón de ser. Para ayudar a transformar primero había que

transformarse. Verás reflejados tus primeros pasos en quienes se

acerquen manifestando desánimo, falta de sentido y confusión. Será

tu corazón quien les hable y los anime. Habrá amor en tus acciones y

un sincero sentimiento de hermandad.



Sonreirás al hacer que otros se pongan de pie para retomar la

marcha. Recordarás con cuánto esfuerzo emprendiste tu camino, y

agradecerás a las vivencias por las lecciones aprendidas. Otro será

el sentido que tendrán tus palabras cuando menciones “la escuela de

la vida”. Es nuestro tiempo de ayudar. Con las manos unidas y los

corazones sintonizados en vibraciones sutiles, activaremos una nueva

humanidad más consciente y sensible.



En aprecio a nuestro acuerdo anímico de transitar este tramo juntos,

también le pedí a la estrella que donde quiera que te encuentres tus

ojos siempre contemplen el vaso lleno, con una mitad de agua y la otra

de aire. El otro deseo lo dejé libre para ti. Nunca dejes de

iluminar. Puedo sentir tu fortaleza interna. En ti confío. Sé cuál

será tu respuesta cuando a la hora de poner el hombro te pregunten:

“¿Estás listo/a?”. Con amor ,Patricia.