jueves, 30 de diciembre de 2010

Deseos para este nuevo año


Que el camino surja a tu encuentro.

Que el viento este siempre a tu espalda.

Que el sol brille cálidamente sobre tu cara, la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta que nos encontremos de nuevo.

Que Dios te guarde en la palma de Su mano.

Que tu vida esté llena de:

Entusiasmo: Para ver hacia adelante

Felicidad: Para mantenerte dulce

Problemas: Para mantenerte fuerte

Penas: Para saberte humano

Esperanza: Para seguir luchando cada día

Fracasos: Para mantenerte humilde

Éxitos: Para mantenerte anhelante

Amigos: Para vivir la vida

Riqueza: Para satisfacer tus necesidades

Fe: Para desterrar la depresión

Decisión: Para hacer que cada día sea mejor

Amor: porque sin amor nada somos!

                                       FELIZ AÑO 2011 !!

jueves, 23 de diciembre de 2010

ORACIÓN PARA TÍ SEÑOR




Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.

Al terminar este año quiero darte gracias

por todo aquello que recibí de ti, con una oración .

Gracias por la vida y el amor, por las flores,

el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto

fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que

pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos

y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,

las amistades nuevas y los afectos más sinceros,

los más cercanos a mí y los que estén más lejos,

los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,

con los que compartí la vida, el trabajo,

el dolor y la alegría, en esta oración de navidad.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,

perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal empleado,

por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

En esta oración de Navidad quiero pedirte…

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal realizado,

y perdón por vivir sin entusiasmo .

También por la oración que poco a poco fui postergando,

y que hasta ahora vengo a poner en tu presencia.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios

nuevamente te pido perdón en esta oración de navidad.

En los próximos días iniciaremos un año nuevo,

y detengo mi vida ante el nuevo calendario

aún sin estrenar y te presento estos días con mi oración de navidad

que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos…
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad, conciliación y la sabiduría;
Quiero vivir cada día del nuevo año con optimismo y bondad,

Llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.

Cierra Señor, mis oídos a toda falsedad y mis labios

a la mentira, que no pronuncie yo palabras egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno

que mi espíritu sea lleno de toda bendición.

y que las emane a mi paso.

Con esta oración de navidad… Colmame de bondad y de alegría para que,

cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí

encuentren en mi vida un poquito de tu dulce presencia

desde ahora y para siempre.

Danos un año feliz y enséñanos

a ser mejores cristianos cada día hasta encontrarnos en tu presencia.

Amén.

                Patricia Núñez S., Teóloga PUC.







Una Reflexión de Navidad


A mis queridos Amigos/as, Familia:



Muchas personas me preguntan ¿Porqué los niños pequeños mueren?



La respuesta me cuesta analizarla, pero, creo que la respuesta es simple; ellos aprendieron en un periódo muy corto lo que uno tiene que aprender en años, sobre todo aprender antes que regresar lo que es el amor incondicional. Creo que debemos ya mismo prácticarlo, aprender la mayor lección de todas: ¡Qué Dios es Amor incondicional!, no podemos culpar a Dios por nuestros destinos, te tienes que dar cuenta que tu misma/o fuistes tu peor enemigo, ya que te acusas a tí mismo el haberte negado tantas oportunidades para crecer.



Nos pasan cosas, situaciones que no sabemos el porqué, pero debes saber que todo lo que te acontece son situaciones para crecer, crecer en entendimiento, en amor,en todo lo que tenemos que aprender todavía . Todos hemos sido creados para vivir una muy simple, bella y maravillosa vida.



Mis mas grandes deseos es que comiences a ver la vida de manera diferente. Si aceptas tu vida como algo para lo que fuistes creada/o, no vuelvas a cuestionarte , mi deseo es transmitir a muchos esta reflexión para que sea posible el Amar. Piensa en todos los regalos costosos que regalas en navidad, Navidad es algo creado por los romanos y no es el recordatorio del nacimiento del Salvador : Nuestro Señor Jesucristo, aprende a que en Navidad sea realmente Amor Incondicional para nuestro rey y salvador , vive un día lleno de Amor hacia los tuyos y enseña que Navidad es algo pagano, recuerda el nacimiento del Salvador : Jesús y no des regalos, Da Amor, Amor Incondicional como el Señor Jesús nos ha donado a toda la humanidad .



Existen 20 millones de niños muriendo de hambre en el mundo, piensa en ellos y si mandale un momento un poco de Amor a esos seres pequeñitos que no tienen nada, bendice tu mesa en nochebuena y piensa en ellos y mandales una oración con todo tu corazón. Manda y da bendiciones a todos, así cuándo las tormentas azoten tu vida, piensa en aquuellas personas que ayudastes como un regalo para ti misma/o, por las fortalezas que alguien te dio y las enseñanzas que te transmitieron, bien así termino mi reflexión, y aprovecho para dar las gracias a todas/os las personas que estuvieron a mi lado en los momentos mas malos de mi vida, a las que me levantaron con sus oraciones, con sus bendiciones, con su ayuda económica, con sus palabras de apoyo, y si no alcanzo a verlos o a conocer a muchos estaré muy lejos, pero a la vez serca, porque lo que nunca se termina es el Espíritu.¡¡¡GRACIAS!!!.



Patricia Núñez S., Teóloga PUC.









miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD

La navidad no sólo es fiesta, alegría y felicidad, también tiene que ser un buen momento para reflexionar sobre nuestro espíritu y ver cómo estamos encaminados hacia la paz interior. Muchas veces olvidamos que la navidad es también una buena oportunidad para reencontrarnos con Dios de la mano de su hijo, Jesús.


Me gustaría no solo alentarles a que ofrenden unos minutos de su tiempo en la cena de navidad, sino que eleven sus oraciones más profundas a Jesús para que interceda por todos ustedes y sus seres queridos ante Dios y trate de llenarlos de toda la paz que él nos puede regalar.

Debemos recordar que para el catolicismo la Navidad no solo es un día de fiesta, como ya lo he mencionado, sino una temporada de reflexión, y de la misma forma que la Pascua, contiene un tiempo de preparación, llamado Adviento, que inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre.

Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior (Nochebuena) aunque sea domingo, se reza la famosa Misa de Gallo o Misa de Medianoche; en algunos lugares hay incluso una Misa de la Aurora que se celebra precisamente al amanecer del 25 de diciembre. Y la Misa de Mediodía, en la que es costumbre que antes o después de ella, el Papa dé un mensaje de Navidad a todos los fieles del mundo, este mensaje es conocido como Urbi et Orbi (en latín: a la Ciudad de Roma y al Mundo).

Para inspirar nuestras almas de la mejor energía posible, he elaborado una Oracion espero que éste año 2010 les haya dejado ricos legados y además que comiencen el venidero año mejor aún con un espíritu positivo lleno de paz y amor.




                            

                                       Oración de Navidad



Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.

Al terminar este año quiero darte gracias

por todo aquello que recibí de ti, con una oración de navidad.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,

el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto

fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que

pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos

y lo que con ellas pude construir.



Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,

las amistades nuevas y los afectos más sinceros,

los más cercanos a mí y los que estén más lejos,

los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,

con los que compartí la vida, el trabajo,

el dolor y la alegría, en esta oración de navidad.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,

perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal empleado,

por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

En esta oración de Navidad quiero pedirte…

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal realizado,

y perdón por vivir sin entusiasmo .

También por la oración que poco a poco fui postergando,

y que hasta ahora vengo a poner en tu presencia.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios

nuevamente te pido perdón en esta oración de navidad.

En los próximos días iniciaremos un año nuevo,

y detengo mi vida ante el nuevo calendario

aún sin estrenar y te presento estos días con mi oración de navidad

que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos…

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,

la fuerza y la prudencia, la claridad, conciliación y la sabiduría;

Quiero vivir cada día del nuevo año con optimismo y bondad,

llevando a todas partes un corazón lleno

de comprensión y paz.

Cierra Señor, mis oídos a toda falsedad y mis labios

a la mentira, que no pronuncie yo palabras egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno

que mi espíritu sea lleno de toda bendición.

y que las emane a mi paso.

Con esta oración de navidad… Colmame de bondad y de alegría para que,

cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí

encuentren en mi vida un poquito de tu dulce presencia

desde ahora y para siempre.

Danos un año feliz y enséñanos

a ser mejores cristianos cada día hasta encontrarnos en tu presencia.

Amén.

Patricia Núñez S., Teóloga PUC.



sábado, 30 de octubre de 2010

Jesús Quiere entrar en tu Vida.

JESÚS QUIERE ENTRAR A TU VIDA, A TU CASA, A TU INTIMIDAD.




Érase una vez un rey que mandó colocar una gran piedra en medio del camino.
El rey observaba a sus súbditos para ver si alguno la quitaba.
Los ricos comerciantes y los cortesanos, al verla, simplemente daban un gran rodeo y seguían su camino. Algunos criticaban al rey por no tener limpios los caminos.
Un día un campesino llegó con su carga al hombro, la dejó en el suelo y después de muchos intentos logró echar la piedra fuera del camino.
Cuando volvió a coger su carga vio una bolsa donde había estado la piedra. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una carta del rey que decía que las monedas de oro eran para el que quitara la gran piedra. Y aprendió, aquel día, que cada obstáculo en el camino de la vida es una oportunidad para mejorar nuestra situación
La vida es una larga carrera de obstáculos. Hay personas que los evitan y hay otros que se enfrentan a ellos y encuentran su recompensa.
Hay cristianos que piensan que es Dios quien tiene que quitar los obstáculos de su camino y hay otros cristianos que simplemente piden a Dios el valor y la fuerza para enfrentarse y vencer los obstáculos de la vida.
Haga un repaso de su vida y haga una lista de los obstáculos que ha superado para llegar hasta aquí.

¿Y en la vida cristiana?

Vivimos en una sociedad del placer sin frenos, de los derechos sin obligaciones, del dinero sin trabajar, del divorcio sin firmas, del amor sin rostro…una sociedad cada día menos cristiana. Y en medio de ella tenemos que vivir en cristiano. Y ahí están los obstáculos que tenemos que superar. Y saben una cosa, esto no está nada fácil.

La enseñanza de la liturgia de estos domingos nos está regalando una palabra fantástica para transformarnos y enseñarnos a superar los obstáculos. El fariseo y el publicano.

Hoy, el evangelio de Zaqueo.
Jesús está en Jericó, cerca ya de Jerusalén. Es la última etapa del último viaje. Y Jesús tiene que enfrentarse al último obstáculo de su vida: la pasión y la cruz.Un obstáculo grande superado con un gran amor.

Y allí en Jericó sucedió algo que sucede todos los días desde entonces.
Jesús mira a Zaqueo y Zaqueo mira a Jesús. Es el encuentro, el flechazo, la casa abierta, la mesa compartida, la palabra escuchada, la conversión ansiada, la salvación ofrecida.
¿Saben cuál era la profesión de Zaqueo? Pecador. Pecador como el publicano del domingo pasado. Pecador con curiosidad por conocer a Jesús.
Quería ver a Jesús, ese hombre del que todos hablaban bien, que hacía signos maravillosos, que hablaba con autoridad, que era el nuevo profeta.
Zaqueo era de baja estatura. Primer obstáculo a superar: su limitación física.
¿Se imaginan un hombre de sesenta años subiendo a un árbol? Un poco difícil y ridículo pero como dice un feligrés: "el que quiere celeste que le cueste".
Y ahí está Zaqueo haciendo lo imposible por ver a Jesús, a un Jesús que no conoce, pero al que quiere conocer.
Jesús toma la iniciativa: "Zaqueo, baja porque quiero hospedarme en tu casa".
Y Jesús, el amigo de los que nadie ama, se hospeda en su casa y le da la salvación.
Los pecados de Zaqueo, el gran obstáculo para ver a Jesús, también han sido superados. Jesús derriba, limpia el pecado para poder encontrarnos con él.

Zaqueo fue un hombre con suerte. Y la aprovechó. Tuvo su oportunidad y la cogió al vuelo o en el árbol. Tuvo sus obstáculos físicos y morales y los superó. Fue obra de Dios, claro, pero él no se cerró a la acción de Dios. Quiso ver a Jesús y se dejó mirar por él. En esas miradas nació el amor.

Hoy, tenemos que hablar también de nosotros.

¿Saben que es una iglesia, una capilla, un templo?

Es una casa donde los pecadores se encuentran con Dios.

En nosotros hay un querer ver, conocer y mejorar que tiene que ser despertado.

¿Quién despertó la curiosidad en Zaqueo?

No lo duden, alguna persona de la ciudad.

¿Y a usted? ¿Quién va a despertar su curiosidad, su querer ver a Jesús?

La Palabra de Dios en este domingo 31 de Octubre 2010 :

"Hoy quiero hospedarme en tu casa".

El Señor está aquí, en nuestra casa, y te trae la salvación y el perdón de tus pecados y te da la fuerza para superar los obstáculos físicos y morales que te impiden verlo.
Hoy Jesús quiere entrar en tu casa, en tu vida, en tu intimidad. ¿Qué está sucia? ¿Qué está ocupada por otro? no importa. Ábrele la puerta. Él ha venido a entrar en la casa de los pecadores.
Zaqueo entregó el dinero robado.¿Y usted qué tiene que entregar?

                                                                    Patricia Núñez S. Teóloga PUC.

jueves, 14 de octubre de 2010

Estás en lo cierto!!!


                          BUSCA TU LUZ INTERIOR.
Estás en lo cierto. Tu intuición no se equivoca. El cansancio que
acusa tu cuerpo no es casual. El agotamiento es propio de las
instancias finales. La tensión y el malestar que te aprisionan son
también una clara señal de la proximidad de un nuevo despertar. Nada
debe amarrarte. Continúa sirviendo. Otras almas necesitan asistencia.
Inspíralas para que florezcan más corazones y se abran a la luz. Se
acerca la hora.
 
Te aliento porque sé que es necesario. No me ves, pero sientes mi
vibración a través de este mensaje. Sabes que caminamos juntos.
Somos eternos compañeros de ruta. A veces te preguntas qué estás
haciendo. Sabes que otros observan tus huellas y te preocupa
orientarlos hacia una senda equivocada. No temas. Quienes vienen
detrás no son ovejas. Son almas peregrinas que siguen, al igual que
nosotros, el curso cristalino de la frecuencia del amor.
 
La fe no es un invento. Sirve para atravesar esta dura etapa de
fatiga y desconcierto. Lo mismo sucede con la perseverancia y la
osadía, son herramientas que nos fueron brindadas para no desistir.
Cada paso que damos reafirma nuestra elección interna y nos eleva.
Iluminemos sin cesar. Otros sentirán el calor de nuestros espíritus
y sabrán que no están solos. Se animarán a continuar.
 
No hay nadie a quien convencer. No hay nada que demostrar. Nos
movemos siendo leales a nuestra naturaleza interna. Nos guía un
intenso sentir, que no se deja pisotear por la frialdad de la lógica.
Somos locos desde la perspectiva de la razón, pero cuerdos y
coherentes a los ojos del corazón. Elegimos volar. Anhelamos procrear
una sociedad consciente. Encarnamos la esperanza de un hombre más
humano, que viva celebrando.
 Es un hecho. No los dudes. Los cambios se están produciendo. Sólo falta que se revelen, en este plano más denso, con toda su grandeza.
Somos canales por donde fluyen energías sutiles. Mantente bien firme en la luz. Traje a este encuentro la voz de mi corazón, para que me sientas a tu lado.
Entrega tu corazón al Señor solo El puede darnos su Luz , pídele que te embriague con su Espíritu, vive para El, come para El, Ama para El, entrégale tu alma solo a El, recuerda la carne no sirve para poder entrar en su Reino.
            Lo material tampoco te servirá, para entrar a su Reino, límpiate de todo lo que haz hecho mal, reivindícate con el Señor, pídele perdón, y tu corazón tendrá Paz, Amor y mucha Luz, así tu podrás entrar en su Reino, No te olvides que cuándo llegue nuevamente Jesús de Nazaret, que ya es pronto casi no queda tiempo su Palabra profética  dice: “Uno será alzado y otro será dejado” (Apoc.) Amén. Patricia Núñez S. teóloga.

sábado, 25 de septiembre de 2010

ORACIÓN UN CREDO A LA MEDIDA DE LOS NUEVOS TIEMPOS, NO DOGMÁTICO.

                                                 
Hacemos juntos un acto de fe, un Credo no dogmático: decimos juntos que nos fiamos de Jesús, proclamamos que para nosotros Él tiene palabras de vida eterna:



Creo que son felices los que comparten,

los que viven con poco,

los que no viven esclavos de sus deseos.



Creo que son felices los que saben sufrir,

encuentran en Tí y en sus hermanos el consuelo

y saben dar consuelo a los que sufren.



Creo que son felices los que saben perdonar,

los que se dejan perdonar por sus hermanos,

los que viven con gozo tu perdón.



Creo que son felices los de corazón limpio,

los que ven lo mejor de los demás,

los que viven en sinceridad y en verdad.



Creo que son felices los que siembran la paz,

los que tratan a todos como a tus hijos,

los que siembran el respeto y la concordia.



Creo que son felices los que trabajan

por un mundo más justo y más santo,

y que son más felices

si tienen que sufrir por conseguirlo.



Creo que son felices los que no guardan en su granero

el trigo de esta vida que termina,

sino que lo siembran, sin medida,

para que dé fruto de Vida que no acaba.



Y creo todo esto porque creo

en Jesús de Nazaret, el Hijo,

el hombre lleno del Espíritu, Cristo Jesús, el Señor.
Con Cariño, Compartelo.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SE PUEDE SERVIR A DIOS Y AL DINERO?????



Am 8, 4-7: Contra los que "compran por dinero al pobre"

Salmo: 112: Alaben al Señor, que alza al pobre.

1Tim 2, 1-8: Que se hagan oraciones a Dios, que quiere que todos se salven

Lc 16, 1-13: No se puede servir a Dios y al dinero.
El profeta Amós nos ubica en el contexto de la cuarta visión y su interpretación, que va contra los defraudadores y explotadores. El profeta, en todo su libro, nos presenta cinco visiones sobre el destino del pueblo de Israel (7, 1 – 9, 10). El mensaje de Amós estaba dirigido principalmente al reino del norte, Israel, pero también menciona a Judá (el reino del sur) y a las naciones vecinas de Israel (sus enemigas): Siria, Filistea, Tiro, Edom, Amón, Moab. La razón del juicio: la codicia de los ricos. Amós grita y denuncia: Escuchen esto los que pisotean al pobre y quieren arruinar a los humildes de la tierra (v. 4). El profeta, al hacer sus juicios y lanzar sus amenazas, da los motivos y hace las denuncias por las cuales serán castigados y corregidos. Denuncias contra las casas ostentosas, fruto de la opresión a los pobres y débiles. Y esto por no cumplir con la justicia en el trabajo y en el comercio. Engañan y roban en las balanzas fraudulentas, en los precios y salarios. También hay juicios contra un culto exterior que quiere encubrir toda esa injusticia con sacrificios, ofrendas y cantos, que así no son gratos a Dios. Al tema del fraude, tan presente en esta cuarta visión, le sigue el juramento divino y el castigo.

Pablo exhorta a que se ore por todo el mundo y de manera especial por los encargados de dirigir política y religiosamente al pueblo, porque la intención de Dios es salvar a todo el ser humano, y que estos lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Esa verdad se nos fue revelada por su Hijo Jesús, donde Él mismo se presentó como el Camino, la Verdad y la Vida. Es la verdad que nos hará libre. Pablo coloca a Jesús como el único mediador entre Dios y el ser humano: porque hay un solo Dios y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús. Es la universalidad de Cristo en el acontecimiento salvífico de la humanidad, que con su muerte se entregó a sí mismo como rescate por todos.

Esta parábola –no siempre bien interpretada- va dirigida a los fariseos que son amigos del dinero, su verdadero Dios. Representa, como tantas otras, un caso extremo: un hombre que está a punto de ser despedido de su trabajo y que necesita actuar urgentemente para garantizarse el futuro, antes de quedarse sin empleo. Para ello plantea una estrategia. Acusado de derrochar los bienes de su amo (16,1), causa por la que se va a quedar sin trabajo, decide rebajar la cantidad de la deuda de cada uno de los acreedores de su amo, renunciando a la comisión que le pertenece como administrador. Es sabido que los administradores no recibían en Palestina un sueldo por su gestión, sino que vivían de la comisión que cobraban, poniendo con frecuencia intereses desorbitados a los acreedores. La actuación de administrador debe entenderse así: el que debía cien barriles de aceite había recibido prestados cincuenta nada más, los otros cincuenta eran la comisión correspondiente a la que el administrador renuncia con tal de granjearse amigos para el futuro. Renunciando a su comisión, el administrador no lesiona en nada los intereses de su amo. De ahí que el amo lo felicite por saber garantizarse el futuro dando el “injusto dinero” a sus acreedores.

El amo alaba la estrategia de aquel “administrador de lo injusto”, calificativo que se da en el evangelio de Lucas al dinero, pues, en cuanto acumulado, procede de injusticia o lleva a ella.

Para Lucas, todo dinero es injusto. Ahora bien: si uno lo usa –desprendiéndose de él- para "ganarse amigos", hace una buena inversión no en términos bursátiles, ni bancarios, sino en términos humanos cristianos. El injusto dinero, como encarnación de la escala de valores de la sociedad civil, sirve de piedra de toque para ensayar la disponibilidad del discípulo a poner al servicio de los demás lo que de hecho no es suyo, sino que se lo ha apropiado en detrimento de los desposeídos y marginados.

El “injusto dinero” es calificado en la conclusión de la parábola como "lo de nada" y "lo ajeno", en cuanto opuesto a "lo que vale de veras, lo importante, lo vuestro”. Y “lo que vale de veras” no es el don del dinero, sino el del Espíritu de Dios que comunica vida a los suyos (“cuánto más el Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que se lo piden”,. Lc 11,13). Eso sí, para recibir el Espíritu (que es comunicación de la vida de Dios que potencia al hombre) se requiere el desprendimiento y la generosidad hacia los demás (11,34-36).La parábola termina con esta frase lapidaria: “No pueden servir a Dios y al dinero”. La piedra de toque de nuestro amor a Dios es la renuncia al dinero. El amor al dinero es una idolatría. Hay que optar entre dos señores: no hay término medio. El campo de entrenamiento de esta opción es el mundo, la sociedad, donde los discípulos de Jesús tienen que compartir lo que poseen con los que no lo tienen, con los oprimidos y desposeídos, los desheredados de la tierra.

El afán de dinero es la frontera que divide el mundo en dos; es la barrera que nos separa de los otros y hace que el mundo esté organizado en clases antagónicas: ricos y pobres, opresores y oprimidos; el ansia de dinero es el enemigo número uno que imposibilita que el mundo sea una familia unida donde todos se sienten a la mesa de la vida. Por eso el discípulo, para garantizarse el futuro, debe estar dispuesto en el presente a renunciar al dinero que lleva a la injusticia y hace imposible la fraternidad.

Para la revisión de vida

El mensaje de Jesús es claro: “no podemos servir a Dios y al dinero”. ¿De qué lado me coloco yo? ¿Cómo vivo personalmente mi relación con los bienes temporales? ¿Me esclavizan? ¿Trato de contemporizar y servir a los dos?

El neoliberalismo es, confesadamente, un sistema que pone el crecimiento económico (la creación de riqueza) por encima de todo lo demás, como valor supremo, como el dios real. ¿Se puede ser cristiano en un mundo neoliberal? ¿Cómo? ¿A qué precio? ¿Con qué condiciones?

- En esta situación de pobreza y de exclusión, ¿somos una comunidad que está al servicio del Dios de la Vida, alentándola, acogiéndola, favoreciéndola, agradeciéndola?Ojala podamos contestar estas preguntas, Patricia.



sábado, 14 de agosto de 2010

SEGUIDORA FIEL DE JESÚS




Los evangelistas presentan a la Virgen con rasgos que pueden reavivar nuestra devoción a María, la Madre de Jesús. Su visión nos ayuda a amarla, meditarla, imitarla, rezarla y confiar en ella con espíritu nuevo y más evangélico.
María es la gran creyente. La primera seguidora de Jesús. La mujer que sabe meditar en su corazón los hechos y las palabras de su Hijo. La profetisa que canta al Dios, salvador de los pobres, anunciado por él. La madre fiel que permanece junto a su Hijo perseguido, condenado y ejecutado en la cruz. Testigo de Cristo resucitado, que acoge junto a los discípulos al Espíritu que acompañará siempre a la Iglesia de Jesús.
Lucas, por su parte, nos invita a hacer nuestro el canto de María, para dejarnos guiar por su espíritu hacia Jesús, pues en el "Magníficat" brilla en todo su esplendor la fe de María y su identificación maternal con su Hijo Jesús.
María comienza proclamando la grandeza de Dios: «mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava». María es feliz porque Dios ha puesto su mirada en su pequeñez. Así es Dios con los sencillos. María lo canta con el mismo gozo con que bendice Jesús al Padre, porque se oculta a «sabios y entendidos» y se revela a «los sencillos». La fe de María en el Dios de los pequeños nos hace sintonizar con Jesús.
María proclama al Dios «Poderoso» porque «su misericordia llega a sus fieles de generación en generación». Dios pone su poder al servicio de la compasión. Su misericordia acompaña a todas las generaciones. Lo mismo predica Jesús: Dios es misericordioso con todos. Por eso dice a sus discípulos de todos los tiempos: «sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso». Desde su corazón de madre, María capta como nadie la ternura de Dios Padre y Madre, y nos introduce en el núcleo del mensaje de Jesús: Dios es amor compasivo.
María proclama también al Dios de los pobres porque «derriba del trono a los poderosos» y los deja sin poder para seguir oprimiendo; por el contrario, «enaltece a los humildes» para que recobren su dignidad. A los ricos les reclama lo robado a los pobres y «los despide vacíos»; por el contrario, a los hambrientos «los colma de bienes» para que disfruten de una vida más humana. Lo mismo gritaba Jesús: «los últimos serán los primeros». María nos lleva a acoger la Buena Noticia de Jesús: Dios es de los pobres.
María nos enseña como nadie a seguir a Jesús, anunciando al Dios de la compasión, trabajando por un mundo más fraterno y confiando en el Padre de los pequeños.





viernes, 6 de agosto de 2010

LA VENIDA DEL SEÑOR


      LA VENIDA DEL SEÑOR ES INMINENTE.
Tened el delantal puesto y encendidos los candiles: pareceos a los que aguardan a que su amo vuelva de la boda para, cuando llegue, abrirle en cuanto llamé. Dichosos esos criados si el amo, al llegar, los encuentra en vela... » (Lc 12,32ss).

La venida, la visita de Jesús, el amo, a la comunidad cristiana, una comunidad de siervos o servidores, pues no se puede ser cristiano si no se es servidor de los demás, se efectúa en dos momentos: uno, en la eucaristía, en la que Jesús se hace presente en medio de la comunidad por la palabra y por la fracción del pan; otro, en la persecución y en la muerte de cada uno.

Para estos dos encuentros, el cristiano debe estar en vela. Y para estar en vela, dos son las actitudes básicas del discípulo de Jesús:

- Primera: renunciar a los bienes de la tierra: «Vended vuestros bienes y dadlos en limosnas.» Tal vez la fórmula 'vender y dar' no sea hoy en nuestra sociedad la más eficaz. Hoy habría que hablar de invertir en crear puestos de trabajo, en hacer partícipe al obrero de la ganancia de la empresa u otras fórmulas similares. Pero el espíritu de dicho mandato evangélico es claro: ser solidarios, compartir, hacer partícipes a los demás de los bienes que llamamos 'propios'; ser misericorde, compasivos, justos.

- Segunda: ejercer de servidores, pues la esencia del cristianismo es el servicio incondicional al prójimo hasta la muerte. «Conque, ¿dónde está ese administrador fiel y cuidadoso a quien el amo va a encargar de repartir a los sirvientes la ración a sus horas? Dichoso el tal empleado si el amo, al llegar, lo encuentra cumpliendo con su obligación. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el tal empleado, pensando que su amo tardará, empieza a maltratar a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, el día que menos se lo espera, y a la hora que no ha previsto, llegará el amo y lo pondrá en la calle, mandándolo adonde se manda a los que no son fieles» (Lc 12,42-47).

De lo que llamamos 'nuestro' somos meros administradores, no propietarios; y como administradores debemos servir sin abusos ni egoísmos; cuanto más elevados estemos en el escalafón social, más exigente será el servicio que debamos prestar. Sólo así estaremos preparados para la vuelta del amo de la boda, imagen del reino definitivo, que se anticipa cada vez que celebramos la eucaristía. Hablando de lo que es la iluminación, Anthony de Mello dice lo siguiente: “Es como un vagabundo de Londres que se estaba acomodando para pasar la noche. A duras penas había conseguido un pedazo de pan para comer. Entonces llegó a un malecón, junto al río Támesis. Estaba lloviznando, y se envolvió en su viejo abrigo. Ya iba a dormirse cuando de repente se acercó un Rolls-Royce manejado por un conductor. Una hermosa joven descendió del automóvil y le dijo: – Mi pobre hombre, ¿va a pasar la noche en este malecón? – Sí – le contestó el vagabundo. – No lo permitiré – le dijo ella –. Usted se viene conmigo a mi casa y va a pasar la noche cómodamente y a tomar una buena cena. La joven insistió en que subiera al automóvil. Bien, salieron de Londres, y llegaron a un lugar en donde ella tenía una gran mansión con amplios jardines. Los recibió el mayordomo, a quien la joven le dijo: “Jaime, cerciórese de que a este hombre lo lleven a las habitaciones de los sirvientes y lo traten bien”. Y Jaime obró como le dijo ella. La joven se había preparado para dormir y estaba a punto de acostarse cuando recordó a su huésped. Entonces se puso algo encima y fue hasta las habitaciones de los sirvientes. Vio una rendija de luz en la habitación en la que acomodaron al vagabundo. Llamó suavemente a la puerta, la cual abrió, y encontró al hombre despierto. Le dijo: – ¿Qué sucede, buen hombre, no le dieron una buena cena? – Nunca había comido tan bien en mi vida, señora – le contestó el vagabundo. – ¿Está usted bien caliente? – Sí, la cama es hermosa y está tibia. – Tal vez usted necesita compañía – le dice ella –. Córrase un poquito. Se le acercó, y él se movió hacia un lado, y cayó directo al Támesis...

Eso es la iluminación. Estar despiertos. Vivimos muchas veces sumidos en nuestros sueños y olvidamos la bella y cruda realidad. Quisiéramos que las cosas fueran distintas, que los problemas no existieran, que los conflictos se resolvieran de una vez y para siempre. Pero este tipo de vida hace que no seamos capaces de reconocer el paso de Dios por nuestras vidas. Por esto hay que mantenerse despiertos. Esto es lo que quería decir el Señor cuando le dice a sus discípulos: “Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos para abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada”.

No sabemos ni el día ni la hora. Con frecuencia el Señor nos sorprende. “Si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperan”. El Señor nos invita a estar preparados para saber descubrir las señales de su presencia que todos los días nos rayan la pupila de tanto mirarlas. Y todavía preguntamos, ¿dónde está el Señor? ¿Cómo descubrirlo? ¿Cómo sentir su presencia? Por estar soñando, no vemos lo evidente. Pidamos al Señor que nos regale la gracia de permanecer despiertos, que no vivamos anestesiados y adormilados ante la vida. No sea que nos suceda lo que le sucedió al mendigo, que por estar cómodamente viviendo en nuestros sueños, caigamos directamente al Támesis...
Con Cariño, Patricia.
Tened el delantal puesto y encendidos los candiles: pareceos a los que aguardan a que su amo vuelva de la boda para, cuando llegue, abrirle en cuanto llamé. Dichosos esos criados si el amo, al llegar, los encuentra en vela... » (Lc 12,32ss).

La venida, la visita de Jesús, el amo, a la comunidad cristiana, una comunidad de siervos o servidores, pues no se puede ser cristiano si no se es servidor de los demás, se efectúa en dos momentos: uno, en la eucaristía, en la que Jesús se hace presente en medio de la comunidad por la palabra y por la fracción del pan; otro, en la persecución y en la muerte de cada uno.

Para estos dos encuentros, el cristiano debe estar en vela. Y para estar en vela, dos son las actitudes básicas del discípulo de Jesús:

- Primera: renunciar a los bienes de la tierra: «Vended vuestros bienes y dadlos en limosnas.» Tal vez la fórmula 'vender y dar' no sea hoy en nuestra sociedad la más eficaz. Hoy habría que hablar de invertir en crear puestos de trabajo, en hacer partícipe al obrero de la ganancia de la empresa u otras fórmulas similares. Pero el espíritu de dicho mandato evangélico es claro: ser solidarios, compartir, hacer partícipes a los demás de los bienes que llamamos 'propios'; ser misericorde, compasivos, justos.

- Segunda: ejercer de servidores, pues la esencia del cristianismo es el servicio incondicional al prójimo hasta la muerte. «Conque, ¿dónde está ese administrador fiel y cuidadoso a quien el amo va a encargar de repartir a los sirvientes la ración a sus horas? Dichoso el tal empleado si el amo, al llegar, lo encuentra cumpliendo con su obligación. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el tal empleado, pensando que su amo tardará, empieza a maltratar a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, el día que menos se lo espera, y a la hora que no ha previsto, llegará el amo y lo pondrá en la calle, mandándolo adonde se manda a los que no son fieles» (Lc 12,42-47).

De lo que llamamos 'nuestro' somos meros administradores, no propietarios; y como administradores debemos servir sin abusos ni egoísmos; cuanto más elevados estemos en el escalafón social, más exigente será el servicio que debamos prestar. Sólo así estaremos preparados para la vuelta del amo de la boda, imagen del reino definitivo, que se anticipa cada vez que celebramos la eucaristía. Hablando de lo que es la iluminación, Anthony de Mello dice lo siguiente: “Es como un vagabundo de Londres que se estaba acomodando para pasar la noche. A duras penas había conseguido un pedazo de pan para comer. Entonces llegó a un malecón, junto al río Támesis. Estaba lloviznando, y se envolvió en su viejo abrigo. Ya iba a dormirse cuando de repente se acercó un Rolls-Royce manejado por un conductor. Una hermosa joven descendió del automóvil y le dijo: – Mi pobre hombre, ¿va a pasar la noche en este malecón? – Sí – le contestó el vagabundo. – No lo permitiré – le dijo ella –. Usted se viene conmigo a mi casa y va a pasar la noche cómodamente y a tomar una buena cena. La joven insistió en que subiera al automóvil. Bien, salieron de Londres, y llegaron a un lugar en donde ella tenía una gran mansión con amplios jardines. Los recibió el mayordomo, a quien la joven le dijo: “Jaime, cerciórese de que a este hombre lo lleven a las habitaciones de los sirvientes y lo traten bien”. Y Jaime obró como le dijo ella. La joven se había preparado para dormir y estaba a punto de acostarse cuando recordó a su huésped. Entonces se puso algo encima y fue hasta las habitaciones de los sirvientes. Vio una rendija de luz en la habitación en la que acomodaron al vagabundo. Llamó suavemente a la puerta, la cual abrió, y encontró al hombre despierto. Le dijo: – ¿Qué sucede, buen hombre, no le dieron una buena cena? – Nunca había comido tan bien en mi vida, señora – le contestó el vagabundo. – ¿Está usted bien caliente? – Sí, la cama es hermosa y está tibia. – Tal vez usted necesita compañía – le dice ella –. Córrase un poquito. Se le acercó, y él se movió hacia un lado, y cayó directo al Támesis...

Eso es la iluminación. Estar despiertos. Vivimos muchas veces sumidos en nuestros sueños y olvidamos la bella y cruda realidad. Quisiéramos que las cosas fueran distintas, que los problemas no existieran, que los conflictos se resolvieran de una vez y para siempre. Pero este tipo de vida hace que no seamos capaces de reconocer el paso de Dios por nuestras vidas. Por esto hay que mantenerse despiertos. Esto es lo que quería decir el Señor cuando le dice a sus discípulos: “Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos para abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada”.

No sabemos ni el día ni la hora. Con frecuencia el Señor nos sorprende. “Si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperan”. El Señor nos invita a estar preparados para saber descubrir las señales de su presencia que todos los días nos rayan la pupila de tanto mirarlas. Y todavía preguntamos, ¿dónde está el Señor? ¿Cómo descubrirlo? ¿Cómo sentir su presencia? Por estar soñando, no vemos lo evidente. Pidamos al Señor que nos regale la gracia de permanecer despiertos, que no vivamos anestesiados y adormilados ante la vida. No sea que nos suceda lo que le sucedió al mendigo, que por estar cómodamente viviendo en nuestros sueños, caigamos directamente al Támesis...
Con Cariño, Patricia.

lunes, 2 de agosto de 2010

UN AMIGO ES...



Un amigo es... 

Un amigo es el que camina a tu lado 
tanto en los buenos como
en los malos momentos. 
Es el que te demuestra que te quiere 
con pequeños detalles cotidianos. 
Es quien te escucha y sin estar 
de acuerdo contigo, no te juzga. 
Es el que te reprocha 
que no lo hayas llamado, 
demostrándote lo mucho 
que le importas. 

Un amigo es el que adivina
lo que te preocupa 
y sin preguntarte nada 
trata de hacerte sentir bien. 
Es el que ríe contigo. 
Es el que te fortalece 
con sus palabras. 
Un verdadero amigo nunca te reprocha nada, ni te impide darte algo de el, por eso no abuses de la amistad, lo puedes perder y para siempre
Un amigo es lo mejor 
que nos puede pasar.
                    PATRICIA.

jueves, 22 de julio de 2010

¿Por qué a los hombres cristianos no se les ve rezar u orar?


¿Por qué a los hombres cristianos no se les ve rezar u orar?



Ríos de tinta han corrido en estas semanas por el tema de la relación entre los católicos y los musulmanes. Muchas cosas se dijeron y otras se callaron desde los grandes medios de comunicación. Parece tan contradictorio: lo que aparentemente se produjo por una frase se arregló con una reunión entre el Papa y los representantes de los estados islámicos en el Vaticano. Y todo se arregló sin que el Papa pidiera disculpas por el contenido de su mensaje en Alemania: todo un signo de que fue algo inflado por los medios y aprovechado por los políticos de turno en distintos lugares del mundo.


De todo lo que leí, vi y escuché, quisiera reflexionar sobre un artículo que me hizo pensar bastante. Lo leí en un periódico digital español, pero pertenece a un sacerdote de esa misma nacionalidad. Tiene el sugerente título en forma de pregunta: “¿por qué nunca vi rezar a mi padre? Su experiencia personal, era la de un “papá que era tan bueno, trabajador y honrado, extraordinariamente simpático y amigo de sus amigos”, pero que, sin embargo, nunca le dio el testimonio de su oración personal. Y el contraste que nos dan las imágenes del mundo árabe: son hombres a los que se les ve rezar, sin miedo ni escrúpulos, incluso en la calle. Lo mismo podemos decir de los judíos: ¿acaso no son a los varones que vemos junto al Muro de los Lamentos, con su libro en mano y sus rezos en sus labios?


Que contraste con la imagen de los cristianos en general, y de los católicos en particular. Pensemos un momento en la imagen de alguien católico rezando. Estoy seguro que en tu mente apareció una viejita rezando el rosario. ¿Es así? Toda una imagen que habla de nuestra cultura y de la manifestación de la fe. A los hombres los solemos ver, cada vez menos, leyendo las lecturas en la Misa o llevando en andas el Santo en la procesión.


La Providencia actúa de manera misteriosa en nuestra historia. Tal vez tantas imágenes de musulmanes rezando piadosamente sin avergonzarse o pensar que porque manifiestan públicamente su fe son menos hombres, tal vez tantas imágenes de musulmanes rezando han sido permitidas por Dios para que los hombres se pregunten por su relación con el Altísimo. Mas de uno que escucha estas palabras seguramente dirá: “Yo rezo, pero a mi manera…?” ¿Será así en verdad? Por lo pronto muchos hijos y nietos se están perdiendo la oportunidad de tener un testimonio de fe en las actitudes que no ven de parte de sus padres o abuelos. ¿Serán menos hombres porque den gracias a Dios antes sentarse a comer? ¿ Su virilidad se verá afectada porque reúne a los suyos para dar gracias por un acontecimiento feliz o para suplicar fortaleza en medio de las tormentas de la vida? Que el testimonio de los hombres musulmanes rezando interpele nuestras vidas. Amén.





jueves, 8 de julio de 2010

LA PARABOLA DEL BUEN SAMARITANO.

(Lucas 10, 25-37) 1ª.- Si se ve en este relato una enseñanza de Jesús a cerca de la primacía del amor sobre la liturgia, la parábola es una critica de la postura de los creyentes que viven preocupados por su relación cultual con Dios, por su oración y, al mismo tiempo, dan rodeos en las necesidades del hermano. La parábola es una crítica tremenda contra la postura de aquellos creyentes que sirven litúrgicamente a su Dios y después pasan de largo junto a las necesidades concretas de la humanidad. Desde esta parábola hay que criticar cualquier estructura, cualquier forma religiosa: Eucaristía, vivencia litúrgica...que se convierta en obstáculo o por lo menos no nos lleve a amar eficazmente a la persona necesitada. La renovación de la Iglesia no puede consistir en una renovación litúrgica, ni mucho menos, porque eso no es lo principal según el mensaje de Jesús. 2ª.- La parábola nos descubre también que las exigencias del amor cristiano son ilimitadas. El amor cristiano no excluye a nadie, nos debemos a toda persona que nos necesite. Por lo tanto, reducir el amor cristiano a los límites de mi pueblo, de mi raza, mi religión, mi ideología, mi familia, mi clase social...no es una actitud cristiana. La postura verdaderamente cristiana es la de un amor universal que no excluye a nadie. Pero, ¡atención!, hablar de un amor universal, sin fronteras, no es quitar realismo, eficacia ni concreción al amor cristiano. Amar a todos los hombres se traduce, en la vida limitada de una persona, en amar totalmente a quienes están junto a mí. Puedo decir que amo a todos los hombres en la medida que amo totalmente a los que puedo amar prácticamente porque están junto a mí. Entonces puedo decir que mi amor es universal. 3ª.- El amor cristiano, según Jesús, no es un precepto, ni siquiera el primero. San Juan dirá: “Este es el mandato”. Jesús no habla de su mandato. Por lo tanto no se pueden fijar ni definir de antemano las obligaciones ni los límites del amor. Por eso, concretamos: El amor cristiano no puede quedar reducido a una serie de obligaciones hacia unas determinadas personas con quienes nos creemos obligadas. El amor cristiano tampoco puede quedar reducido a una serie de prácticas, de caridades hechas a unas personas con las que nos sentimos más obligados. Por otra parte, el amor cristiano no puede estar limitado a una serie de prácticas o costumbres tranquilizadores: limosnas, ayudas... En esta actitud todavía no se ha salido del judaísmo. Ser cristiano no es cumplir obligaciones de amor, de caridad; ser cristiano, según Jesús, es: "Estar atento, estar cercano a todas las necesidades de las personas; vivir siempre alerta para ver quién nos puede necesitar sin dar rodeos; acercarnos a las personas, al pueblo, a los grupos, a la Iglesia que me puede necesitar”. Una vez más, ser cristiano es no dar rodeos ante una necesidad. Por eso digo, que el amor cristiano no es un mandamiento, ni siquiera el primero; es TODO UN ESTILO DE VIVIR, TODO UN CAMINAR EN LA VIDA: "Haz eso y vivirás", dice Jesús. Ser cristiano es ser como el samaritano, caminar por la vida acercándonos al que nos necesita cerca de él. 4ª.- Hemos dicho que el amor cristiano no es un precepto, ni siquiera el principal; por consiguiente, hay que concluir esto: "no se puede amar fundamentando este amor simplemente en una obligación". No hacemos nada con decir que el amor es nuestro primer mandamiento; con eso no se fuerza a nadie a amar. No se puede amar a nadie sólo por un precepto: "Un gobernador que dijera: Hay que amar a los de tal provincia"; "tú, chica, tienes que amar a este chico, por obligación" etc.; todo eso no tiene sentido; el amor sale o no sale. La capacidad de amar nace cuando uno se siente amado. El que no se cree amado, no ama, o pocas fuerzas tendrá para amar. Se esforzará, pero volverá a no amar. Por eso, Jesús, lo primero que nos dice es "que Dios nos ama, que está cerca de nosotros, que se ha hecho prójimo nuestro", y sólo el que haya descubierto esto, podrá amar. Tenemos que creer en el amor con que Dios nos ama, si queremos tener fuerzas para amar. Si uno no se siente profundamente y totalmente amado por alguien, amado por Dios, muy pocas fuerzas tendrá para amar. Entonces, lo primero que tengo que descubrir es que Dios es mi prójimo, si quiero tener fuerzas para amar, ser prójimo de los demás. Necesito sentir a Dios como mi amigo, si quiero tener fuerzas para amar a mis enemigos. Sería muy triste para nosotros, si habiendo renunciado a un amor humano, no nos sintiéramos amados por Dios; de ello se deduce que podemos caer en el riesgo real de vivir en la vida como personas que se sienten muy poco amadas, y por lo tanto amargadas y con muy poca capacidad de amar; ni siquiera con la capacidad que pueda dar el amor humano. Esto es muy serio. 5ª. - La parábola en Lucas. Aunque no nos hemos detenido en él, es una exhortación a la acción. La escena que ha provocado la parábola es la siguiente: "¿Qué he de hacer para entrar en la vida eterna?". El camino no es saber doctrina, sino que lo principal es el amor a Dios y al prójimo. El único camino, en último término es, el amor práctico al necesitado. Y volvemos a la enseñanza fundamental de Jesús, que vimos también en las últimas parábolas. Jesús ha hecho una crítica de todo cristianismo que quede solamente en pura teoría impracticable, un cristianismo que no lleve a la práctica, no sirve. Terminamos recordando la parábola con la que el Hijo del Hombre describe el Juicio final, en la que hace la división de los hombres según hayan amado a sus hermanos. Hay dos posturas: -Unos hombres han amado al necesitado; le han dado un vaso de agua, le han vestido, le han dado de comer, etc...; han amado a quien tenían junto a sí necesitado, incluso como si fuera Dios. Ha habido unos hombres que han amado a los necesitados, y que lo hubieran hecho aunque no hubiera existido Dios. -Otros hombres, no han amado prácticamente al necesitado; quizá lo hubieran hecho si se hubiesen encontrado allí con Dios: "No sabíamos que era así". Independientemente de las motivaciones, sólo entrará en la vida eterna el que haya amado prácticamente al necesitado. Pues el que ama está lleno de Dios; y en la medida en que ame de verdad, es Hijo de Dios, y le corresponde entrar en la vida de los hijos de Dios. Cerrarse al amor, según Jesús, es encerrarse en sí mismo y cerrarse al hermano. El que no ama, dará la justificación que quiera, pero no entrará en la vida de los hijos de Dios.

martes, 6 de julio de 2010

LA FE DEL CENTURION.

Falleció José Saramago, premio Nobel de literatura. Y esta mañana, al ponerme a escribir esta entrada en el blog, no puedo dejar de pensar en algo que me causa un profundo malestar: son ya muchas las personas de gran calidad que, como Saramago, se han distinguido por dedicar lo mejor de sus vidas a la defensa de las causas más nobles (la justicia, el derecho, la libertad, la paz, los oprimidos…), pero resulta que, al mismo tiempo, muchos, muchísimos, de los que se han dedicado a todo eso son agnósticos, ateos y, por supuesto, nada religiosos. ¿Qué pasa aquí? Desde luego, son también muchos los creyentes que, por la fuerza de sus creencias, han dado lo mejor de sus vidas, y hasta la vida misma, por esas mismas causas. Pero esto no le quita importancia, ni suprime el problema que representa el hecho, tan repetido, de tantos ateos, tan profundamente humanistas. Como tampoco le quita su peso al hecho de tantos hombres religiosos, que han dado pruebas sobradas de vivir como unos sinvergüenzas. Pensando en estas cosas, me ha venido a la cabeza el recuerdo de aquel centurión romano, del que hablan los evangelios (Mt 8, 5-13; Lc 7, 2-10; Jn 4, 43-54), un hombre tan honrado y tan buena persona, que no pudo soportar el sufrimiento de un “esclavo” (doulos) (Lc 7, 2) que se le estaba muriendo en su casa. Pues bien, de este jefe militar, que mandaba a la tropas de ocupación y que, desde luego, ni tenía, ni podía tener, las creencias religiosas de los judíos, dijo Jesús: “Os aseguro que en ningún israelita he encontrado tanta fe” (Mt 8, 10 par). Como es lógico, aquel militar, que tenía que haber hecho el juramento de fidelidad al Emperador, como “Sumo Pontífice” de los “dioses” del Imperio, a juicio de Jesús tenía más fe que nadie en la Palestina de aquel tiempo. ¿Qué fe tenía aquel hombre? Por supuesto, no tenía las creencias religiosas de los judíos; ni las de los que seguían a Jesús; ni cumplía con las observancias de la religión revelada (según decimos en la tradición judeo-cristiana). Entonces, ¿qué fe tenía aquel hombre? ¿por qué Jesús afirma que tenía tanta fe? La respuesta es muy sencilla: lo que aquel hombre tenía era una enorme humanidad. Era buena persona a carta cabal. Pues bien, sin duda alguna, en eso consistía básicamente la fe, según los criterios de Jesús. Por eso, en los evangelios, la fe se entiende de manera muy distinta a como se entiende en las cartas de Pablo: la fe en conexión con la “justificación” ante Dios y, mediante eso, como logro de la “salvación” eterna (Rom 1, 17; 3, 22. 25. 26. 30; 4, 16; 5, 1; Gal 2, 16. 20; 3, 7. 9-12, etc). Esto dijo san Pablo en los primeros años 50. Pero veinte años más tarde, en los primeros años 70, cuando se redacta el evangelio de Marcos y más tarde los otros evangelios, se presenta la fe de otra manera: ya no se trata de una relación “religiosa” con lo “trascendente”, sino de una “experiencia de humanidad”, de vida, de salud, de confianza en Jesús. De ahí, la insistente afirmación de Jesús a los enfermos que curaba: “Tu fe te ha salvado” (Mc 2, 5; Mt 9, 2; Lc 5, 12), lo que le dijo también Jesús a la mujer de mala fama, la gran pecadora, a la que Jesús devolvió su dignidad (Lc 7, 50). Esto ya es otra fe y otra salvación. Es la fe que se pone de parte de los que sufren y de los que se ven maltratados por la vida. Con lo dicho hay bastante. Sobre todo, para hacerse una pregunta que da que pensar: ¿Quién tiene fe de verdad? ¿No cabe decir que existe una extraña “fe de los ateos”, de los que no tienen “religión”, pero sienten vivamente lo humano y tienen por eso una gran “humanidad”? Al menos, como pregunta - me parece a mí -, tenemos que afrontar este asunto capital. Porque bien puede ocurrir que, pensando que tenemos el don de la fe, en realidad (y según los criterios de Jesús), nuestra presunta fe no es precisamente ejemplar. Como también puede ocurrir que los “ateos creyentes” (evangélicamente hablando) sean más numerosos de lo que imaginamos. Patrizia.

miércoles, 17 de febrero de 2010

                   VI UNA ESTRELLA FUGAZ.


Vi una estrella fugaz, le pedí llegar a tu corazón. Su brillo me

recordó tu esencia. Su paso luminoso también trajo a mi memoria que

vinimos para ayudar a iluminar. Te extraño. Necesito abrazarte a

través de las palabras, es mi forma de hacerte sentir acompañado/a. Tu

intuición está en lo correcto, éste no es un año más. El llamado

a despertar será aún más fuerte. Millones de almas peregrinas

buscarán la luz. Comienza el gran cambio. ¿Estás listo?



A veces sentimos que nos movemos en círculos. Parecería que

solamente cambió el número del año. Salimos a la calle y todo

permanece igual. ¿Dónde está la magia, dónde está el amor, dónde

está la armonía? Sigue firme, con fe. La constancia es parte del

aprendizaje en la tarea de servicio. Tus ojos muy pronto verán lo que

tu espíritu te susurra. Transitamos una espiral ascendente y

cristalina que nos instruye y humaniza.



Este año comprenderás el valor de tantas pruebas superadas.

Impulsarás a que otros reconozcan su propia divinidad interna,

desplieguen sus alas y vuelen con el corazón abierto. Todo lo vivido

tuvo su razón de ser. Para ayudar a transformar primero había que

transformarse. Verás reflejados tus primeros pasos en quienes se

acerquen manifestando desánimo, falta de sentido y confusión. Será

tu corazón quien les hable y los anime. Habrá amor en tus acciones y

un sincero sentimiento de hermandad.



Sonreirás al hacer que otros se pongan de pie para retomar la

marcha. Recordarás con cuánto esfuerzo emprendiste tu camino, y

agradecerás a las vivencias por las lecciones aprendidas. Otro será

el sentido que tendrán tus palabras cuando menciones “la escuela de

la vida”. Es nuestro tiempo de ayudar. Con las manos unidas y los

corazones sintonizados en vibraciones sutiles, activaremos una nueva

humanidad más consciente y sensible.



En aprecio a nuestro acuerdo anímico de transitar este tramo juntos,

también le pedí a la estrella que donde quiera que te encuentres tus

ojos siempre contemplen el vaso lleno, con una mitad de agua y la otra

de aire. El otro deseo lo dejé libre para ti. Nunca dejes de

iluminar. Puedo sentir tu fortaleza interna. En ti confío. Sé cuál

será tu respuesta cuando a la hora de poner el hombro te pregunten:

“¿Estás listo/a?”. Con amor ,Patricia.